martes, 21 de junio de 2011

Vestigios de Asido Caesarina Augusta: Druso el Menor



El cerro del Castillo nos ha deparado muy buenas piezas de la época romana en Asido. Muestra de ello es esta escultura que traemos hoy: el busto de Druso el Menor.
Esculpido en mármol, presenta el rostro amplio, con las facciones bien pronunciadas y la nariz prominente. El tallado del pelo es poco detallista, con las patillas marcadas hasta la mandíbula y el flequillo recto. Los ojos conservan huellas de haber tenido coloreado el iris.

De técnica precisa, fue esculpido en la época tiberiana. Fue hallado junto a los bustos de Germánico y Livia, y se encuentra, al igual que los anteriores citados, en el Museo de Cádiz.

Druso el menor (o el joven), fue hijo de Tiberio y Vipsania y sucesor en el trono de Germánico.

lunes, 20 de junio de 2011

Inician las obras en la muralla de la Fuente Salada



Con la firma del contrato, se inician por fin las obras para la restauración del lienzo de la muralla de la Fuente Salada.

Construcciones El Ronzal, empresa dedicada a la recuperación del patrimonio, será la encargada de ejecutarlas, en un plazo de 18 meses. Esta obra supone la recuperación y puesta en valor de parte del antiguo recinto amurallado de la ciudad, que según las catas arqueológicas, discurre por un trazado distinto al que conocemos ahora.

Sin duda se trata de una gran noticia, que se ha demorado por diversos motivos, y que era necesaria, pues dañaba la imagen de una zona artística de gran importancia y casi simbólica de nuestra ciudad, al estar radicada una de las puertas de acceso a la antigua ciudad levantada en el Siglo X.

martes, 14 de junio de 2011

Thebussem y Alcalá Galiano



Con motivo de la publicación de las memorias de Antonio Alcalá Galiano, realizada por su hijo en 1886, Mariano Pardo de Figueroa, doctor Thebussem, escribió en Diario de Cádiz algunas jugosas anécdotas de la familia ocurridas en Medina Sidonia.

Dionisio Alcalá Galiano, el que más tarde moriría heroicamente en Trafalgar mandando el navío “Bahama”, decidió cierto día de 1877 conocer Medina Sidonia, donde contaba con algunos familiares. El joven marino fue obsequiado con una fiesta y, cumpliendo las reglas de cortesía, sacó a bailar un minué a su lejana pariente María de Villavicencio.

Alcalá Galiano regresó a su destino en Cádiz y se olvidó de la visita. Tres meses después le llegaron noticias de que el baile con su lejana prima había motivado algunas habladurías propias de la época. María de Villavicencio estaba prometida a un caballero sevillano, perteneciente a la orden de San Juan, Pedro de Carrillo y Gamboa, y las mujeres de Medina Sidonia discutían acaloradamente si la joven había hecho bien o mal bailando con el marino.

Alcalá Galiano se presentó de inmediato en el domicilio asidonense de los Villavicencio para decir que si el minué había causado algún perjuicio a la familia estaba dispuesto a remediarlo casándose en el acto con María.

Se exploró la voluntad de la joven, que pidió unos días de reflexión. Terminado el plazo la muchacha manifestó su deseo de casarse con el teniente de navío. Según Thebussem, la mujer “prefirió el fuero de Marina al sanjuanista”.

De ese matrimonio nació el escritor y político Antonio Alcalá Galiano, autor de las famosas “memorias” y pariente por parte de madre del Doctor Thebussem.

Publicado en Diario de Cádiz por José María Otero.

sábado, 11 de junio de 2011

La leyenda del retablo de Santa María



Contaban que el Cabildo Catedral de Sevilla, acordó – a mediados del XVI – sustituir el grandioso retablo mayor, que se terminaba de construir, por otro distinto y que el Duque de Medina Sidonia se ofreció al pago de su ejecución.

Pasados unos meses, el Cabildo acordó la continuidad del que ya estaba prácticamente terminado, y el duque se quedó lo que se dice “plantado”, con el calvario ya ejecutado por Roque Bolduque, además de un sin fin de piezas que no acertaba a colocar. Pensó entonces en donar aquellas primicias de retablo a la iglesia sevillana de San Agustín, de la que era patrono, pero el Crucificado de Bolduque no encajaba más que en un hueco de grandes dimensiones. Harto de divagar, llegó un día a Medina para cobrar las rentas de los monopolios que disfrutaba, tales como la almona, la tablajería y la mancebía pública.

Tan pronto su excelencia se presentó al cobro de aquellas cuantiosas rentas, el pueblo llano y clero clamó porque dejase alguna cantidad para la obra del gran retablo de la Iglesia Mayor, accediendo entonces el Duque en dejar íntegra la renta de las mancebías públicas, además de regalar las imágenes que había encargado a Bolduque para el hipotético nuevo retablo mayor de la catedral hispalense. De ahí podría deducirse la razón desproporcionada de medidas del calvario que corona el retablo.

Escrito por Manuel Pérez Regordán en Diario de Cádiz

miércoles, 1 de junio de 2011

La obra del mes: “Inmaculada Concepción”



La recientemente restaurada “Inmaculada Concepción” de la Iglesia de San Fermín de la pedanía de Los Badalejos es la que nos ocupa este mes este apartado. Estamos ante una escultura realizada en pasta, de 175 cm de altura, y de principios del siglo XX, cuya particularidad reside en ser de las primeras realizadas en serie.

En la parte trasera podemos observar el sello de la fábrica donde se realizó. “El Arte Cristiano”, radicada en Olot, fue pionera en la fabricación y reproducción de imaginería vaciadas en serie, fundándose en 1880. Junto a este sello, apareció una etiqueta del lugar de su compra: Calle Columela de Cádiz.

Al parecer, originariamente la escultura pertenecía a un colegio de monjas de la capital, quienes donaron la escultura posteriormente a esta pedanía de Medina Sidonia.




Iconográficamente, la imagen representa el conocido modelo de Inmaculada conocido durante el Barroco español. La imagen de María mira al cielo con las manos recogidas, con vestiduras ricamente policromadas y un manto celeste, color relacionado con la advocación. A sus pies, en una nube de angelitos, apreciamos la media luna que recoge San Juan en la visión del Apocalipsis.

Gracias al convenio de Forja XXI con la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Medina Sidonia, se procedió a su restauración, para paliar los daños que presentaba: grietas en su estructura, fisuras en su policromía y suciedad acumulada. Además, se repusieron las pérdidas que sufría, tales como el ojo derecho (vidrio soplado) y la rotura de parte del soporte inferior (zona de los ángeles).



Podemos admirar la escultura en el magnífico retablo del siglo XVIII, el cual con toda probabilidad procede del extinto Monasterio Carmelita del Cuervo.

Desde aquí agradecer a la restauradora y conservadora Carmen Arias Guerrero el facilitarnos la información sobre el proceso de restauración, así como las fotografías.

La obra del mes: Esperanza

  Dice que la esperanza es lo último que se pierde. Traemos esta entrada con una de las representaciones de las virtudes teologales que se e...