lunes, 29 de abril de 2013

Cerrada la Iglesia de la Victoria


Mala noticia para el patrimonio asidonense. Ha sido cerrada al culto la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, del siglo XVII. Llevaba unos años con problemas de goteras y filtraciones, y los técnicos del obispado han decretado su cierre al constatarse problemas en su estructura que, si bien en un principio no revisten de gravedad, se cree conveniente evitar la afluencia de público para evitar desgracias personales.


Sabiendo de antemano cómo están las arcas eclesiales y de las administraciones a causa de la actual crisis económica que vivimos, casi se puede afirmar con seguridad que el templo permanecerá cerrado una larga temporada. Confiamos en que se acometan las obras y no quede en desidia, tal y como ocurrió en su momento con la ermita de Santa Ana y la iglesia de San Agustín. La Victoria tiene culto, y además tiene una buena posición en el centro de la ciudad, por lo que es conveniente que vuelva abrir al público y fieles. Consideramos conveniente alertar a la ciudadanía de la necesidad de aunar esfuerzos en la conservación del patrimonio. Si bien la titularidad es de la Iglesia, el patrimonio es cosa de todos, y está por encima de trifulcas y credos. El patrimonio nos pertenece, y hay que considerarlo como un bien común, una manifestación que legar a las generaciones futuras, y una fuente de riqueza (no sólo económica, sino también artística y estética) de la que no nos podemos desprender como de un mueble roto.



Edificada sobre la antigua ermita de San Juan, en un primer lugar fue templo de los Hospitalarios de San Juan de Dios, que lo cambiaron por los Mínimos. Éstos volvieron en 1650 al lugar, edificando y ampliando su convento hasta que la desamortización lo convirtió en escuela y casas de vecinos. Destaca su amplio trazado y su altar mayor, en donde podemos encontrar una talla de Martínez Montañés.

Esperemos que la Historia, que con frecuencia es cíclica, se repita y, al igual que ocurrió en 1873, año en el que fue incendiado el templo y permaneció cerrado durante dos años, tarde poco en abrir de nuevo sus puertas.

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