jueves, 2 de enero de 2020

Galdós y Medina Sidonia


Se cumple en este 2020 el centenario de la muerte del escritor canario Benito Pérez Galdós, considerado uno de los mejores novelistas de las letras hispánicas. De su basta producción literaria, dos son los títulos que guardan relación, directa e indirectamente, con nuestra localidad.


Galdós escribió un total de 46 novelas históricas, reunidas en cinco series, conocidas como Episodios Nacionales. El primero de ellos se titula Trafalgar y está dedicado a la batalla homónima sucedida en la costa gaditana. La primera referencia a Medina Sidonia en la obra galdosiana aparece en los primeros capítulos de la novela, adonde Gabriel, el joven protagonista, huye desde Cádiz siendo acogido en Medina Sidonia por el capitán Alonso. En nuestra localidad permanece y asiste a los preparativos y al desenlace de la batalla de Trafalgar.


Hay que dar un gran salto, hasta la tercera serie de los episodios para encontrar otra referencia a Medina Sidonia. Galdós dedica todo una novela a un asidonense ilustre: Manuel Montes de Oca (1804-1841) marino y ministro de la Marina durante la presidencia de Espartero, y que dirigió acciones militares para sofocar los motines contra Espartero y organizó el levantamiento en las Vascongadas.

En esta novela se aparta de la historia de Fernando Calpena (protagonista en los episodios anteriores de esta tercera serie) siendo el protagonista el coronel Santiago Ibero, afecto de Espartero, trasladando la acción a Madrid.

En el capítulo XXX se narra el fusilamiento de Montes de Oca, del que extraemos un pequeño fragmento:

 "Salió sin sombrero. En el patio que daba a la calle de San Francisco esperaba una carretela. A ella subió el reo, con el capellán a un lado y el Coronel enfrente. Muy bien cumplida por el cochero la orden de acelerar el paso, pronto llegaron a la Florida. Poca gente había en las calles y a la entrada del paseo. El honrado pueblo de Vitoria hizo al mártir los honores de un respetuoso duelo, alejándose del teatro de su martirio. Las personas que acudieron a verle pasar le compadecieron silenciosas. Algunas le miraron llorando. Durante el trayecto fúnebre, Montes de Oca habló algo con el capellán, menos con el Coronel; el sol hería de frente su rostro, y con su mano bien firme, no afectada ni de ligero temblor defendía sus ojos de la viva luz".

No hay comentarios:

La obra del mes: Esperanza

  Dice que la esperanza es lo último que se pierde. Traemos esta entrada con una de las representaciones de las virtudes teologales que se e...