Imagen IAPH
"No me retengas, pues aún no he subido al Padre"
Esta composición, la de más belleza a nuestro juicio, representa el momento en que, tras haber resucitado, Cristo se aparece a María Magdalena, quien no lo reconoce en un principio. Cuando cae en la cuenta de que es Jesús, acude a abrazarlo, quien recibe una negativa por respuesta, puesto que aún no ha visitado a Dios tras resucitar de entre los muertos, por lo que no quiere ser tocado.
Juan Bautista Vázquez "El Joven" dota a la escena de un acertado manierismo. Sobre un fondo paisajístico pintado (María Magdalena confunde a Cristo con un hortelano), la figura del Resucitado aparece con un ligero contraposto y tapado medio cuerpo con un manto rojo con decoración vegetal dorada. Al tener el torso desnudo, pueden apreciarse las llagas de la Pasión. El rostro, sereno y de dulce mirada, se dirige a María Magdalena, a la cual intenta apartar con el brazo derecho para no ser retenido.
La discípula muestra asombro y cierta tristeza en su mirada al observar a Cristo y no poder tocarlo. Ataviada con un manto y una túnica decorada con roleos, está tocada por un velo blanco, dejando el bello rostro juvenil al descubierto. Mientras ve el cuerpo del Maestro, extiende su mano en señal de sorpresa por el milagro acontecido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario