Patrimonio por los suelos. Esta es la sensación que se tiene al entrar en la iglesia Prioral de santa María, principal monumento de carácter religioso de la ciudad y uno de los más importantes de la provincia.
En el claustro mudéjar del templo, lugar por donde acceden los visitantes, alberga en su zona porticada restos arquitectónicos que se han ido desprendiendo con el paso del tiempo.
Uno se alegra de saber que no son tirados, pero el hecho de conservarlos en el lugar en donde se encuentran no salva la preocupación.
Se tratan de trozos de la crestería gótica que rodea la fachada de la iglesia, y demás paramentos arquitectónicos, además de trozos de lápidas con una inscripción latina.
Esperamos su pronta reubicación en la zona originaria, y mientras no ocurre (conociendo que parece que va para largo el plan de protección y conservación del templo) pedimos que se ubiquen en otro lugar más adecuado que el actual, esparcidos por el claustro a la intemperie.
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