sábado, 14 de septiembre de 2019

Paisaje cultural y Medio ambiente


Si nos atenemos a su definición, un paisaje cultural es una obra de arte artificial, construida por el hombre, a partir de un espacio natural. Los paisajes culturales, en tanto elementos artísticos, encierran un valor intangible y simbólico que habla, comunica elementos de su entorno y de las personas que allí habitan.

Hace unos días, colectivos ecologistas han criticado los proyectos para la construcción de parques eólicos en las cercanías de la población de Medina Sidonia. No hace falta valorar las energías renovables, tan necesarias para terminar con la dependencia del carbón y de otras fuentes contaminantes y peligrosas para este cambio climático que estamos sufriendo y que cada vez es más latente. Nuestra disconformidad va relacionada con el impacto de los dos proyectos.

Dejando a un lado, no por menos importante, los impactos medioambientales (tales como el desplazamiento de fauna y el peligro que corre el águila imperial, o la afección de las vías pecuarias, con su componente no sólo natural sino patrimonial) nos preocupa el impacto en el paisaje que puedan tener más parques eólicos, más si cabe estando cercanos al núcleo poblacional.

Medina Sidonia consta en el registro de Paisajes de Interés Cultural como "Paisaje de Interés Cultural de frontera en Medina Sidonia", dentro de la demarcación paisajística "Campiñas de Jerez y Medina" y correspondiendo con las áreas de Campiñas alomadas, acolinadas y sobre cerros y campiñas de Sidonia.

La campiña, ocupada tradicionalmente por cultivos de secano y explotaciones ganaderas ha evolucionado hacia un paisaje que participa de la imagen tecnológica y contemporánea de los aerogeneradores. El problema es el impacto visual que puede provocar en el paisaje asidonense. Por un lado, la cercanía con el Castillo de Torrestrella, monumento declarado Bien de Interés cultural. Por otro, la cercanía con el casco histórico de Medina Sidonia, declarado también BIC. Esta cercanía, a pesar de tener varios kilómetros, es patente cuando se accede al conjunto arqueológico del Castillo asidonense, punto más elevado de la localidad y desde donde se tienen unas impresionantes vistas de la comarca. Desde este lugar, el lado oeste (desde el que se divisa la bahía gaditana) se ha librado de la presencia de aerogeneradores, al menos en el término municipal asidonense, dado el impacto visual. No así en el lado este y norte, con vistas a la sierra. Si se amplía la presencia de los parques eólicos, al menos estos dos proyectados, se extenderían al sureste el impacto visual en el paisaje con lo que se alteraría nuevamente el paisaje.

Bien es cierto que en la definición de Paisaje cultural queda recogida la mano del hombre, pero la evolución no debe impactar visualmente si lo que queremos es preservar las vistas desde nuestra localidad (repetimos, de forma tan cercana a la población), amén de la problemática con las vías pecuarias y su componente cultural.

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