Al desaparecer el doctor en Derecho, desaparece don Mariano Pardo de Figueroa, y ya no se le vuelve a encontrar este nombre ni en la cubierta de un libro ni siquiera en la firma de una carta. Pero coincidentemente con esa desaparición se opera el advenimiento de dos personalidades literarias: la de Droap (anagrama de Pardo) y la del Doctor Thebussem (Thebussem, con la adición de la h, que le da carácter extranjero, es anagrama de Embustes).
¿Fue sincera modestia o fue deseo de no complicar el apellido de su linaje en escarceos literarios, la causa determinante del empleo definitivo de seudónimo en todo, absolutamente en todo lo que escribió? Acaso hubo mucho de la una y algo de lo otro.
El caballero italiano Juan Pico de la Mirándola compuso una obra y la tituló De omni re scibili (De todas las cosas que se pueden saber). A ese rótulo, que se convirtió en divisa del caballero autor, añadió malignamente Voltaire: et quibusdam aliis (y de algunas otras).
Sin hipérbole puede afirmarse que el Doctor Thebussem, en los ochenta libros y folletos que publicó, casi alcanzó cumbre enciclopédica de Pico de la Mirándola, sin merecer en modo alguno la epigramática coletilla volteriana.
Harto prolijo fuera traer a estas columnas el copioso índice de la bibliografía “thebussiana”. Sin llegar a ese detalle, baste decir que, según clasificación del Doctor Ricardo Monner y Sans, Thebussem escribió acerca de los siguientes temas: filología, gramática, lexicografía, apellidos, comedor y cocina, gastronomía, yantares y conduchos, caza y pesca, historia, heráldica, arqueología, genealogía, Granada, Medina Sidonia, comercio, correo, fruslerías, postales, cartas, filatelia, arte dramático, bibliografía, crítica literaria, poesía, política, administración, jurisprudencia, Derecho internacional, Real herencia, tauromaquia, usos y costumbres, Cervantes y varios.
Y en la clasificación no aparece la faceta de folklorista, cuando es notorio que recogió de labios del pueblo numerosos cuentos, chascarrillos, dichos y refranes, que sin él se hubieran perdido.
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