La falta de mantenimiento, el paso del tiempo, y los agentes atmosféricos (las lluvias de estos años, por ejemplo, han causado daños en San Juan de Dios y Santiago) nos alertan de la necesidad de restaurar nuestros templos. La Insigne Iglesia Parroquial Matriz de Santa María La Mayor La Coronada aguarda pacientemente que se acometan obras de mejora en su estructura para que luzca debidamente, a falta de ayuda económica para lograr este fin.
Nos tenemos que remontar trece años atrás para hablar de la restauración del primer templo asidonense. Fue en 1998 cuando se encargó el estudio preliminar para la restauración por parte de la Consejería de Cultura y que dio pie a que se hiciera en los dos años siguientes el levantamiento planimétrico completo. En 2001, la Asociación para la Conservación de la Iglesia de Santa María la Coronada (que tanto bien hace por el templo) encargó la realización del avance del proyecto de intervención patrimonial del templo, y que sirvió de impulso para que un año después se firmara un convenio marco para la restauración.
En efecto, en 2002 (hace nueve años) la Consejería de Cultura y el Obispado de Cádiz acceden a restaurar la iglesia, corriendo con los gastos al 50% cada uno. Cultura, que además costeaba la redacción del proyecto, aportó el dinero, pero la Diócesis carecía de fondos para aportar su parte. Seis años estuvieron buscando financiación para poder empezar.
En 2008, diez años después del estudio preliminar, la Fundación Cajasur (Obra Social de esta entidad) firmó un acuerdo para aportar 150.000 euros para el inicio de la primera fase de restauración de Santa María, con la intención de aportar la misma cantidad al año siguiente. Esta ayuda supuso un gran alivio para llegar a la cantidad correspondiente a aportar por parte del Obispado, incluso se ofreció el Ayuntamiento aportar el 10% del total de la intervención.
El proyecto, supervisado y tramitado ya por Cultura, debería haber empezado. Pero no ha sido así. Dos años y medio después de la firma del convenio con Cajasur, nada ha comenzado. Desconocemos si Cultura ha mantenido la dotación presupuestaria para sufragar su parte, si el Obispado ha recaudado lo poco que le faltaba para completar su 50%. Por desconocer, no sabemos ni siquiera si la ayuda firmada en 2008 (y la posible del año siguiente) sigue vigente, máxime si tenemos en cuenta las peripecias que ha pasado esta Caja de Ahorros, intervenida e integrada ahora en la BBK.
La primera fase de la restauración de Santa María contemplaba acometer la reparación del cuerpo de escalera de caracol, reforzando la estructura, que se asienta sobre una falla del terreno, y restaurando la cantería interior. En 2002 su coste estaba estipulado en 42.700 euros, valor que con toda seguridad se habrá incrementado nueve años después. Además, se acometería dentro de esta primera fase la mejora de las cubiertas y paramentos altos del templo (cubiertas abovedadas, la de la nave principal y laterales, cubiertas de dependencias anexas, cubierta de teja) y el resanado de los muros y pretiles, cuyo valor ascendía a 108.800 euros.
Posteriormente se acometerían obras en las fachadas secundarias, con un resanado de los paramentos lisos, una recuperación puntual de elementos de fábrica, la restauración de elementos de cantería y de la pintura ornamental (62.500 euros). Mientras que en las principales se acometerían trabajos de resanado y restauración de cantería y esculturas de mármol (195.300 euros). Por último se planteaba el cambio de vidrieras (26.944 euros) y la urbanización perimetral de la zona (27.100 euros).
Estamos en 2011, trece años después del estudio preliminar, con Cajasur perteneciendo a la entidad vasca BBK. Con el Obispado inmerso en obras de restauración de los templos vinculados al Bicentenario de la Constitución de Cádiz, y con varios templos por toda la diócesis con la necesidad de obras de emergencia dañadas por las lluvias. Y sumidos en un contexto de crisis que ha acortado presupuestos en diversas Consejerías, entre ellas la de Cultura. Puede parecer que la restauración de Santa María aguardará más tiempo para ser acometida. La población de Medina Sidonia (Ayuntamiento, fieles y demás) está aunando esfuerzos en el arreglo de los daños en las techumbres de Santiago y San Juan de Dios, aunque sus recursos son muy limitados. Esperemos que Santa María no aguarde demasiado y no corra el peligro de derrumbe que tiene actualmente San Agustín, ni que haya que lamentarse de su pérdida como sucedió con la Ermita de Santa Ana.
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