miércoles, 21 de marzo de 2018

Herederos de una larga historia de fe

Con este sugerente título se conmemora en una exposición que recientemente ha visitado nuestra localidad el traslado de la sede episcopal desde Medina Sidonia a Cádiz, acaecida ahora hace 750 años. Varias han sido las cartelas en las que aparece temática asidonense, y que pasamos a mostrar.

No se sabe con exactitud el momento en que Medina Sidonia comenzó a ser sede episcopal, si bien ya en los siglos V-VI aparece recogida como tal. De la época mozárabe, nos informa la exposición, nos han llegado lo nombres de algunos de sus obispos, como Rufino y Pimenio. De ellos y sus comunidades encontramos vestigios e iglesias visigóticas como la de los Santos Mártires. A finales del siglo VII la diócesis se extendía desde la actual Trebujena hasta Lebrija y desde Puerto Ortela, en la sierra del Algibe, hasta Estepona, siguiendo la línea costera.

Uno de los obispos asidonenses más importantes y del que más huellas han llegado a nosotros fue Pimenio. A él se le atribuyen templos como la ermita de San Ambrosio o la de Los Santos de Alcalá de los Gazules, en las que depositó reliquias de los mártires en pequeños huecos excavados en las columnas o muros de los templos para fomentar devoción.
En Medina Sidonia Pimenio levantó la ermita de los Santos Mártires. En un pedestal conmemorativo de la consagración, aunque se ha borrado la parte superior, reza "Aquí están guardadas las reliquias de Esteban, Julián, Félix, Justo, Pastor, Fructuoso, Augurio, Eulogio, Acisclo, Romano, Martín, Quirico y Zoilo, mártires". Fue consagrada esta iglesia el 16 de diciembre de la era 668, (13) el segundo año de ser obispo Pimenio.

La erección de Cádiz como sede episcopal no fue una creación, sino el traslado de la antigua sede asidonense, restaurada. Alfonso X quería hacer de Cádiz una plaza de primer orden y asegurar también la continuidad de la corona de Castilla en un enclave vital para su proyectada campaña africana. Nos dice otro panel que escribió al papa Urbano IV en torno a 1262 para exponer sus proyectos. Urbano IV recomendó al obispo de Ávila hacer la traslación de Asidonia a Cádiz, murió antes de hacerlo. Solicitó de nuevo el rey al nuevo papa Clemente IV, que sí realizó la traslación.

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