Desayunamos hoy con este titular sobre los ingresos que ha tenido el Obispado gaditano gracias al turismo.
Si leemos la noticia entera (cosa siempre recomendable), nos cuentan que "El gran grueso del capítulo que ha aupado a Cádiz como la segunda diócesis española en ingresos por patrimonio está en la actividad pastoral propia de las parroquias y, en concreto, en las visitas turísticas “en los pocos templos y museos diocesanos que las tiene establecidas”. Hasta un 46% de esos 5,1 millones de euros –2.352.320,83 euros, en concreto– proceden de estas visitas turísticas que se hacen a iglesias o edificios diocesanos que cobren algún tipo de tarifa por el acceso".
Parte de este dinero, proveniente casi todo de las visitas a la Catedral, es revertido en labores de restauración y conservación de la propia Seo, por ejemplo una pintura de los santos patronos en 2018 (ver noticia aquí). Pero, casi siempre el dinero va para ese templo, mientras los de la propia ciudad de Cádiz o los de la Diócesis necesitan labores de prevención, conservación y restauracion. Y sobre todo, que es donde nos duele más, aquí en Medina Sidonia.
En cambio, en la Archidiócesis de Sevilla todo es distinto. Buena parte de los ingresos de la visita a la Catedral (ojo, solo hablamos las de este templo) se revierte en conservación de templos. Principalmente en la Seo hispalense: hace poco, por ejemplo, se han retirado los andamios de uno de los laterales de la torre campanario (la Giralda), y casi la totalidad de la fachada exterior de la sede metropolitana ha sido sometida a tratamiento de limpieza y conservación. Además, en el interior se suceden las restauraciones de bienes muebles.
La diferencia es que, como decimos, aparte de invertir en la Catedral, con estos ingresos se hacen obras en los distintos templos de la Diócesis. Hace una semana financiaban la restauración de un camarín en Utrera (ver noticia aquí) y se anunciaba la restauración de la iglesia de San Esteban de la capital ver más aquí aportando la archidiócesis casi la totalidad del coste. A todo esto sumamos las restauraciones en 2019 de obras de Martínez Montañés, dos pinturas de una parroquia, dos tallas en Lora del Río, un retablo en Estepa, conservación de vidrieras... o los anuncios de restauración de la cilla del cabildo en Osuna.
Como vemos, se actúa en el patrimonio no solo de la Catedral o la propia capital, sino también de pueblos de la diócesis.
Las comparaciones son odiosas y la envidia mala. Pero los datos son los datos.
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